lunes, 30 de julio de 2012

No me digan lo que quiero oir....

La Gerencia de Cobranzas de una la empresa, luego de una revisión de procesos,  estableció que para llevar un control de la gestión del departamento, debía diseñarse un formato automatizado, a fin de a de maximizar el tiempo de gestión.

Pedro, el Gerente del Área,  diseño el nuevo formato de control el cual fue presentado al equipo de trabajo, así como de la nueva metodología.

Finalizada la exposición, se abrió una sesión de preguntas y respuestas, a fin de aclarar las dudas y tomar nota de aquellas observaciones en cuanto al nuevo proceso. Ninguno de los gestores opino,  ni realizo preguntas ni observaciones,  todos aceptaron el cambio sin ningún tipo de objeción. 

Pedro a fin de motivar la discusión referente al cambio, utilizo una frase para inducir a su equipo de trabajo a dar opiniones, la cual involucra tres factores importantes que usted en un proceso de cambio, como Gerente o Líder debe tomar en cuenta: 

 “…No me digan lo que quiero oír...

Usted, como líder, debe estar claro que a veces las opiniones de los empleados, no van a ser las más agradables, estas al igual que las buenas opiniones, deben ser recibidas siempre y cuando los planteamientos sean realizados dentro de parámetros aceptados y analizadas, ya que muchas veces, en estas opiniones contrarias, encontraremos solución a situaciones que se presenten en nuestro día a día. 

 Muchas veces los empleados no son sinceros con sus jefes por temor a represalias o a ser calificados de "conflictivos", por lo que se abstienen de dar sus opiniones, esto debido a que no le damos la suficiente confianza y no les hacemos entender la importancia de sus opiniones cuando se produce algún cambio en la operatividad de la empresa.

Es importante que se resalte a los equipos de trabajo la relevancia de sus opiniones, hacerles conocer que las mismas, por más descabelladas que parezcan, serán recibidas y analizadas y hasta implementadas. Esto solo se lograra cuando se genere la atmosfera de confianza y libertad de opinión dentro del equipo de trabajo.

...siéntanse en libertad de objetar, aquello que no les parezca...

Esto usted lo lograra, en la medida que haya generado un ambiente de confianza con su equipo de trabajo, reitero que debe hacerles entender la importancia de sus ideas  y de la relevancia que estas pueden tener dentro de un determinado proceso dentro de la empresa, que las mismas serán tomadas en cuenta indistintamente su posición, siempre y cuando sean realizadas desde un punto de vista constructivo.

Vale acotar que en oportunidades, las decisiones tomadas no se cambiaran, y en estos casos,  también vale la pena tomar en cuenta las opiniones de los empleados, aún cuando las decisiones ya hayan sido tomadas.

...juntos replanteemos la metodología más correcta para realizar bien el trabajo…”. 

Estimado lector: ¿Cuando usted era niño, no le gustaba cuando sus padres lo involucraran en actividades del hogar?.. 

A todos nos gusta ser tomados en cuenta y más aún cuando nuestra participación implica grandes cambios organizacionales, lo cual es muy beneficioso para la empresa ya que:

1- Consolida el sentido de pertenecía del empelado hacia la organización, esto traerá como consecuencia que el empleado dará el todo por el todo para que esta mejore.

2- Es un factor motivacional para el empleado, el cual se siente "tomado en cuenta" por la organización al formar parte del proceso.

3- Se da rienda suelta a la creatividad del empleado, al este crear y sugerir metodologías innovadoras. Nunca diga “NO” a una propuesta de un empleado, sin antes oírla y evaluarla por mas descabellada que le parezca. Si considera que la misma no es viable, sugiera cambios, nunca utilice "NO SIRVE" o "NO ESTOY DE ACUERDO" ya que esto impone una barrera entre usted y la innovación/creatividad que sus empleados puedan generar.

Manéjese con frases como "qué te parece si en lugar de hacer esto, lo hacemos de esta forma" o por ejemplo "buena propuesta, solo que te sugeriría que  modifiquemos...”

En aquellas propuestas que usted o la organización considere viables, involucre a la persona en el desarrollo la idea, y vera que los resultados serán satisfactorios.

Con esta acción, Pedro motivo a sus colaboradores a participar en el proceso de cambio, sintiéndose estos tomados en cuenta y comprometido en el proceso de mejora. 

A partir de ese momento, el equipo es mucho más participativo y critico en todos los aspectos relacionados al trabajo, lo que ayudo a generar resultados muy beneficiosos al Departamento y a la Empresa.

jueves, 26 de julio de 2012

AGRADECIMIENTO!!!!

Quiero expresar mi más sincero agradecimiento, al equipo de Emprendovenezuela.net, por la publicación en su prestigiosa pagina de uno de los post acá publicados por este servidor.

Para mí fue una grata sorpresa visitar la página el día de hoy y ver en su “Primera Plana”,  un artículo escrito por mí. Más aún emocionante los buenos comentarios que la publicación ha recibido por parte de los lectores. 

Vamos bien encaminados, esta grata noticia me motiva mucho más en continuar, con este pequeño proyecto personal, que hace tiempo venía gestando.

Les dejo el enlace para que visiten la página.

http://www.emprendovenezuela.net/2012/07/el-beisbol-y-la-innovacion-gerencial.html

Muchas gracias a las personas que dejaron sus comentarios.

Feliz día!!!


lunes, 16 de julio de 2012

La respuesta emocional ante el cambio (PARTE II)

A continuación, la segunda y última parte del artículo publicado la semana pasada acerca de la respuesta emocional ante el cambio:


Negociación

Una vez agotada la fase de la indignación, los afectados pueden iniciar intentos de negociación. Con esta nueva actitud, se persigue lo mismo que en la fase anterior, a saber, intentar salvar la situación precedente.

En otras ocasiones, puede que intenten obtener beneficios que compensen la pérdida sufrida. Durante los intentos de negociación, los afectados pueden hacer propuestas de mejora o proponer soluciones que justifiquen el mantenimiento del statu quo.

Es así mismo posible que durante esta fase se hagan maniobras dilatorias con el objeto de ganar tiempo y postergar el cambio.

Angustia

En este punto, las personas afectadas han empezado ya a reconocer que se encuentran en una situación nueva y que el cambio ha tenido lugar.

Sin embargo, su percepción de la nueva situación todavía es poco realista. Unos pueden creer que la nueva situación es peor de lo que es en realidad o, incluso, tener la impresión de que se están enfrentando a una catástrofe. 

Si se intercalan momentos de euforia, la percepción de la nueva situación también se distorsiona y puede inducir a creer que las oportunidades emergentes son mucho mejores de lo que son en realidad.


Tristeza

Cuando la angustia retrocede empieza a surgir la tristeza. Aquí se encuentra la nostalgia que resulta de la constatación de la pérdida. Es la aflicción que produce la evidencia de que la situación precedente se ha hecho irrecuperable. 

Todos esos sentimientos coagulan en la etapa siguiente, cuando aparece la depresión

Depresión

La depresión que se sufre en este punto del proceso es una reacción normal que cualquier persona emocionalmente equilibrada puede llegar a experimentar.

Esta depresión viene estrechamente ligada a la resignación. A estas alturas del proceso, el cambio ya no se pone en duda, se reconoce que se ha producido y que la situación precedente se ha desvanecido y que pertenece al pasado. Durante esta fase, la gente se hunde.

Lo más característico de la fase depresiva es la pérdida de impulso. La capacidad de trabajo disminuye y eso refuerza la sensación de ineptitud. La depresión se realimenta en ese bucle y la visión de la realidad se distorsiona todavía más.

Asimilación

Una vez terminada la fase depresiva se experimenta la sensación de recuperar el control de la propia vida. Gradualmente se reencuentra la capacidad de trabajo y uno empieza a sentirse abierto a nuevas oportunidades. La percepción de la realidad mejora, se hace más realista. Entonces, se puede decir que el cambio ya se ha comenzado a asimilar.

Por otra parte, la situación suele complicarse un poco más, porque la velocidad en el tránsito por el proceso de cambio descrito difiere entre empresas, entre grupos de personas dentro de una misma empresa, o entre personas tomadas individualmente. Es decir, en una situación de cambio y un momento dados, distintos grupos y distintas personas se encuentran en diferentes etapas del proceso y deben ser tratadas de manera diferenciada.


En conclusión

A medida que los individuos van superando las distintas etapas de su transición, va cambiando el grado de apoyo que brindan al cambio.

Los sacudones emocionales que vimos en la gráfica anterior sobre respuesta emocional van lentamente permitiendo que los grupos de trabajo pasen de una etapa inicial de apoyo cero (fase de desconocimiento) a las fases de conocimiento y aceptación del cambio.

Luego de que se superan suficientes situaciones individuales y grupales, se gana la masa crítica de aceptación necesaria para encarar la fase de compromiso con el cambio.
















lunes, 9 de julio de 2012

La respuesta emocional ante el cambio. (PARTE I)


Para gestionar el cambio es necesario prestar atención a las reacciones emocionales que suscita.

Los cambios consisten en una serie de hechos objetivos. Pero la reacción de las personas es siempre subjetiva. El impacto que se recibe depende de la percepción que cada cual hace de los hechos. Un cambio que produce una situación más insegura pero que ofrece más oportunidades, podrá ser percibido negativamente por parte de una persona que estima sobre todo la seguridad. Pero para otra más abierta a la novedad y más ambiciosa, ese mismo cambio puede aparecer como un reto positivo y estimulante.

CAMBIOS PERCIBIDOS NEGATIVAMENTE

Cuando los cambios son percibidos negativamente, se observa una concatenación de fases y estados emocionales que suelen presentarse tal y como se indican el siguiente grafico:

Fluctuación de la respuesta emocional

                               

Inmovilidad
 
Frente a un cambio que parece negativo, la primera reacción suele ser la inmovilidad. En el primer momento, muchas personas se sienten confusas y desorientadas. Son presa de una especie de estado de shock que las paraliza. Esto puede durar horas, días o incluso semanas según sea lo que haya ocurrido y la personalidad de cada cual.

¿Qué hacer?

El gestor del cambio debe comprender y aceptar esa respuesta como una cosa normal. No debe criticar a los afectados ni debe considerar, en su fuero interno, que esa reacción es inapropiada.

Negación

 

Como ya hemos visto, todo cambio comporta una pérdida. Se pierde una posición conocida, la seguridad que produce el hecho de hallase en un ambiente que resulta familiar. Eso induce a muchas personas a negar lo que está ocurriendo: "no pasa nada".
Muchos piensan que "no es posible" que esté aconteciendo aquello que tienen ante sus ojos. Si la evidencia es tan abrumadora que resulta insoslayable, habrá quienes lo acepten, pero experimentarán en cualquier caso una fuerte predisposición a continuar "como si nada hubiera pasado".

¿Qué hacer?

El gestor del cambio ha de tener en cuenta que las personas afectadas están sufriendo una pérdida. Ha de saber respetar el duelo que sufren y abstenerse de discutir sobre esta cuestión. Debe, por el contrario, ayudarlas a hacer una percepción más realista de lo que está pasando. Puede también informarlas sobre el cambio que se está produciendo, los objetivos que persigue, las ayudas que pueden ser utilizadas para asimilar mejor el proceso y, si existen, las oportunidades que podrían ser aprovechadas.

Cólera

 

Al principio, la inmovilidad y la negación encierran a las personas en una actitud más bien pasiva. Pero pasado este primer momento, puede aparecer una respuesta más activa y airada, en forma de rabia e indignación. La frustración que se experimenta, alimenta ahora la exasperación. La cólera puede dirigirse hacia aquel que ha traído la noticia o bien hacia las personas que parecen ser las causantes del cambio.
En esta etapa, los afectados se siente muy activos, pero no utilizan esa fuerza para asumir los hechos ni para adaptarse a la nueva situación. Por el contrario, la aplican en el intento de mantener y defender la situación anterior.

¿Qué hacer?

Los gestores del cambio deben esforzarse en considerar que esta reacción es lógica y no deben sentirse agraviados si son objeto de ataques personales. Deben demostrar comprensión aunque, al mismo tiempo, debe mostrarse firmes sobre la cuestión principal, eso es, que el cambio se está produciendo.